Soledad de las personas mayores.

La auténtica soledad es la de aquellos que se encuentran con escasos recursos, que no pueden satisfacer sus necesidades básicas, que están enfermos y a los que la propia enfermedad les impide relacionarse socialmente y poder salir de casa. Personas que en muchos momentos tienen como única compañera a la televisión. Personas que precisan de ayuda a la dependencia, y que no disponen de ella. 

La soledad es mala compañera, especialmente entre las personas mayores por las sensaciones y sentimientos de inseguridad que produce, y miedo a no poder afrontar el futuro de manera autónoma. Estos temores facilitan el desarrollo de enfermedades, especialmente de carácter psicológico y mental, y contribuyen a un deterioro del bienestar y calidad de vida. Hay que tener en cuenta que la edad avanzada lleva consigo, en la mayoría de las ocasiones, un deterioro biológico, y que hay personas que no puedan ser autónomas en sus necesidades básicas, y tampoco disponen de recursos propios para poder tener ayuda.

La sensación de soledad suele ser más frecuente en la gran ciudad, en donde el ritmo de vida y las distancias hacen que se disponga de menor tiempo para visitar y atender a personas mayores. El nivel de relación vecinal suele ser, en muchas ocasiones, poco frecuente. Por el contrario, en el medio rural existen mayores relaciones de vecindad y vida social cotidiana –la gente sale a la calle, habla con el vecino, se junta en la plaza, sale a la puerta de la casa, etc. -, y se conocen, de manera que de alguna manera unos están pendiente de los otros, y por ello, esa sensación de soledad o sentimiento de abandono resulta mucho menor.

¿Existe un abandono social de las personas mayores?

De alguna manera sí. Estamos en una sociedad muy competitiva, en donde lo económico y la capacidad productiva de la persona se valoran de una manera superdimensionada. Diferenciamos entre los que producen y los que no lo hacen, es decir, los que trabajan y tienen un empleo y el resto (jubilados, parados, demandantes de primer empleo, etc.).

Las personas mayores tienen menos capacidad reivindicativa, y lo único que les interesa a muchos partidos políticos es su voto.  Y cuando se acercan las elecciones se acuerdan de ellos, y empiezan a prometer algo que todos sabemos que no van a cumplir, y ni siquiera tienen la intención de hacerlo. Un ejemplo de ello es la actual política de revalorización de las pensiones.

Además, muchos de ellos, tienen menos capacidad de respuesta para resolver las situaciones de cada día. A veces, la misma sociedad y el quehacer de cada día les resultan muy complejos. Y cualquier problema que para una persona joven no tiene importancia para ellos, si están solos, se les hace una montaña.

Este es un problema social que cada vez se está haciendo más grande y al que se le está dando una respuesta tímida desde la política social del Estado. Las comunidades autónomas o las administraciones locales, dentro de sus posibilidades, dan solución a los casos más extremos y puntuales. Pero el envejecimiento de la población española requiere medidas políticas que deben producirse a nivel de Estado, y que contemplen previsiones de futuro.

La formación a lo largo de la vida constituye una alternativa muy valiosa para las personas mayores, no solo para que se relacionen entre sí y aumenten su red social, sino que es un recurso muy válido para aumentar sus conocimientos, y aprender a hacer frente, a los problemas y situaciones de cada día. El aprendizaje les permite adquirir seguridad en sí mismos y poder afrontar con mayor facilidad las dificultades con las que se pueden encontrar. No olvidemos que el conocimiento y el saber proporcionan seguridad personal y colectiva.

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Cinco hábitos que hacen de España un país donde envejecer saludablemente

España se sitúa en el segundo puesto mundial en esperanza de vida según recientes estadísticas, solo por detrás de Japón y muy por encima de la media de los países de nuestro entorno.

Los españoles vivimos una media de 83 años y la mejor noticia es que lo hacemos con una alta calidad de vida, a pesar de que la inversión en salud que hace el Estado Español es muy inferior a la del resto de países europeos.

España es un claro ejemplo de país saludable y longevo negando así la fama que nos persigue de fumar mucho, trasnochar, beber demasiado alcohol y tomar el sol sin apenas protección.

Las claves que hacen de nuestro país una referencia sanitaria son:

1.- Dieta mediterránea

Nuestra variedad y calidad alimentaria son la base de nuestra salud. En España tenemos una gran variedad de alimentos provenientes de nuestros mares y campos que unidos a una gastronomía rica, variada e innovadora nos dan años de vida y calidad en los mismos. El aceite de oliva, tan abundante en nuestro país, el vino tinto, nuestros pescados y mariscos, nuestras frutas y verduras, legumbres y carnes de primera calidad son la base de nuestra alimentación diaria que es infinita en platos y maneras de ser preparados.

2.- País sociable

Nuestra manera de entender la vida es clave para vivir tantos años. Siempre tenemos alguien con quien hablar, en el que apoyarnos, con quién reír y disfrutar. Nuestros problemas son menores y se relativizan al vivir en comunidad. Hacemos vida en la calle y rodeados de amigos y familiares. Muchos estudios han demostrado que el ser sociables aporta años a nuestra vida y la hacen mejor; en España un 70% de sus ciudadanos dicen ser felices.

3.- Sanidad universal y de alta calidad

Nuestro sistema sanitario gratuito y de acceso universal nos ayuda a prevenir y tratar de manera eficaz enfermedades que se atajan de manera adecuada y rápida. El poder acudir al médico de forma gratuita hace que nadie dude de hacerlo por un tema económico, evitando así que la gente enferme y no pueda recibir cura a la vez que aumenta el riesgo de contagio. El sistema sanitario español es de alta calidad y vanguardia, plagado de profesionales de gran prestigio internacional.

4.- Clima templado
En España disfrutamos de muchas horas de sol y de temperaturas que no suelen ser extremas sino templadas, con estaciones diferenciadas pero sin grandes cambios. En nuestro territorio carecemos con normalidad de catástrofes asociadas a climas huracanados, terremotos o inundaciones. Este clima es muy propicio para la práctica de ejercicio al aire libre, hecho que es esencial para la salud de la población.
5.- Políticas sanitarias

En los últimos años se han puesto en marcha en España políticas sanitarias de gran impacto y desarrollo como son la política anti-tabaco, la increíble reducción de mortalidad en accidentes de tráfico, la lucha contra la contaminación ambiental y las políticas preventivas de detección del cáncer, especialmente el de mama. Algunas de estas políticas han calado de manera definitiva en nuestra sociedad consiguiendo en pocos años mitigar graves problemas que amenazaban nuestra salud.

En España tenemos por tanto muchos motivos para sentirnos orgullosos de nuestra salud y de la calidad con la que disfrutamos de nuestras largas vidas que en general son felices y plenas.

Harold Schlumberg Especial para mayores de 50 Primaveras.

En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.»
Las mujeres y hombres maduros de ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del desaprendizaje.
Fuimos criados con la creencia de que debíamos ser los mejores en todo: mejores estudiantes, mejores esposas, mejores esposos, mejores profesionales, mejores madres y padres, etc.
Fuimos educados con la creencia de que TODO es pecado.
Ha llegado la hora del desaprendizaje. Ha llegado la hora de decir NO en muchas ocasiones, de mandar al carajo los compromisos y las obligaciones.
Pasó la hora de las responsabilidades desvelantes.
Ahora nos gusta estar solos, disfrutar buenas conversaciones con gente que no nos insulta y que cree lo mismo que nosotros o que no le importa que opinemos diferente.
Es la hora de hablar de todo sin necesidad de sostenerlo como medio de defensa.
Es hora de ver películas, de estar en una finca, de ir a pescar al río, durante la semana, de leer, de escuchar, de sonreír y de burlarse de la mayoría de los mortales que viven pendientes de las pendejadas.
Nosotros ya demostramos que las responsabilidades fueron bien atendidas por nosotros, que hicimos las cosas lo mejor posible, que dejamos huellas, que somos buenas personas.
Lo que nos queda de vida es para nosotros, para disfrutar, para cumplir el mandamiento divino de amarnos a nosotros mismos. Por eso vamos a hacer lo que nos da la gana.
Viajar al máximo, tomando café con amigas y amigos, conversando con todo el que nos encontremos.
Ya pasó la época de los roles. Lo que fuimos, fuimos; ahora somos para nosotros mismos sin tener que rendir cuentas a nadie.
Los demás seguirán su camino de responsabilidades y de afanes, de preocupaciones y nerviosismos. Nosotros ahora, estamos por encima del bien y del mal.
Vamos a museos, asistimos a conferencias y si no nos gusta nos salimos sin que nos importe, redescubrimos al Quijote.
Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros y nos damos cuenta de que se aproxima el nuestro, pero estamos preparados, pues al fin y al cabo vivir es mortal.
La vida es para nosotros una profunda experiencia interior, lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados sin fin.
Es la hora de empezar a relajarnos y de conversar largas horas con uno mismo, que es el único que permanece siempre, ahora y después de que abandonemos la nave del cuerpo. Nos rodean pocos seres a quienes amamos profundamente y que seguirán viviendo sus propias experiencias, estemos nosotros o no.
Mandaremos para donde sabemos a la gente que nos molesta, la tóxica.
Quienes nos buscan sin egoísmos van a encontrar una sonrisa, una mirada tierna y comprensiva, un consejo acertado o no, afecto.
Somos, ahora sí, libres de ataduras, de prejuicios, de creencias.
Somos libres si no le tememos ni a la vida ni a la muerte…

INTERESANTE PUNTO DE VISTA DE LA VEJEZ POR SANDRA PUJOL.

Sandra Pujol: *Si observamos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene entre cincuenta y setenta años.*

*A este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra «envejecer», porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo.*

*Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la «adolescencia», que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.*

*Este nuevo grupo humano que hoy ronda los cincuenta, sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.*

*Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo.*

*Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso.*

*Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse.*

*Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale ver el mar con la mente.*

*Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de «cincuenta, sesenta o setenta»», hombres y mujeres, maneja la computadora como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail o un whatsapp.*

*Hoy la gente de 50 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 50, 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.* La juventud se lleva por dentro.
La diferencia entre un niño y un adulto; simplemente es el precio de sus juguetes.

*Nota: Por favor, no te lo guardes, pásalo, sé que tienes juventud acumulada, no importa si son 50, 60 s 70 s o más…*